La oración es una herramienta importante para nuestra evolución espiritual y material. La práctica de la oración se remonta a las primeras civilizaciones del mundo, y todas estas civilizaciones, sobre todo las principales, pueden ser unificadas en el sentido de que todas dirigían su adoración y su oración al mismo astro que es el Sol. El Sol representaba el sustento, el soporte, la vida. Gracias a esta evolución de estos ancestros de nosotros, al ver el Sol como símbolo de deidad nos ayudó a ir evolucionando nuestro pensamiento, la idea de un Dios creador.
Conforme hemos ido evolucionando nuestra mente, hemos ido evolucionando nuestro entendimiento de lo que es Dios, de nuestro entendimiento de este primer y gran misterio. Conforme evolucionamos, la mente se prepara para entender más de Dios. También Dios se va revelando al hombre. Dios ha hecho una revelación progresiva durante todo este tiempo, y lo puede hacer también para ti en tu vida, no solamente en el colectivo de la humanidad, como lo hemos estado registrando. Sino Dios puede revelarse a ti directo y personalmente.
Porque Dios es tu Padre. Porque Dios vive en ti.
Regresando al tema que es la oración. La oración es una herramienta que nos ayuda a modularnos a nosotros mismos y nuestros pensamientos. Orar es sintonizar con un poder más grande y creador de nosotros. Y conforme nos elevamos a buscar lo superior mentalmente, nuestros pensamientos se van afinando, nuestra mente comienza a viajar por corrientes espirituales. Estas son corrientes ascendentes que cuando sintonizamos espiritualmente, nuestra mente se puede subir a la corriente invisible espiritual para atraer energía, flujo espiritual hacia nosotros.
Nuestras oraciones es mejor que no sean solo en el momento de un desafío o una dificultad. Nuestra práctica de oración también es también para agradecer, para celebrar, para conectar con nuestro espíritu.
Para centrarnos en nuestro día a día, a veces tenemos ideas religiosas de orar en forma de monólogo donde nosotros estamos hablando o repitiendo una oración. Y esto puede tener cierto beneficio, repetir oraciones, poco a poco el subconsciente va captando algo de esto. Pero una forma más efectiva y directa de conectar con este poder es hacerlo consciente. Ser consciente de lo que estás haciendo en ese momento, que es orar.
Quiere decir, que estás volteando hacia dentro, buscando dentro de ti ese poder que te ha dado la vida y dirigirte no como un monólogo, sino como un diálogo. Abrirte a respuestas.
No siempre las respuestas van a llegar frente de ti con letra grande y clara. A veces llegan a ti de forma inesperada, como por ejemplo un cambio de actitud en algo que te estaba molestando. De repente te empiezas a dar cuenta que ya no toma tanto control de tu mente, que lo estás soltando. Eso es respuesta a tu oración.
A veces puede llegar a través de una comprensión amplificada de una situación. Puede ser instantáneo. Simplemente al exponerla, al hablarla, y a confesarla. Dios ya empieza a utilizar todo ese material para ir mostrando y revelando las respuestas. Dios trabaja en tu mente y tu corazón está en todos lados, dentro y fuera. Y la oración nos da esa medicina, nos da ese aliento al alma, un respiro de tu propia esencia que recarga.
Si bien utilizamos palabras para navegarnos en hacia estás direcciones divinas. Dios está viendo tu actitud, está viendo tu corazón, sinceridad, tu vibración. No puedes engañar la energía. Puedes decir palabras muy bonitas y vestirte muy bonito, pero si tu actitud energética dentro de ti no es congruente con la de afuera, de nada sirve la de afuera, finalmente, al menos no para Dios que lo ve todo. Es todo.
Hay una frase de Meister Eckhart que dice “La oración es una escalera de oro que llega hasta el cielo y es por la cual asciende el hombre.”
Una escalera de oro. El oro se dice en tradiciones que es la luz condensada. No se refiere al oro físico, es una analogía, se refiere a la parte del espíritu. La parte espiritual es una escalera por la cual ascendemos. ¿Por qué?
Porque la oración nos va progresivamente modulando, modulando el pensamiento, modulando el sentimiento, modulando la actitud. Nos va liberando, y nos va elevando.
Utiliza la oración para confesar.
No solamente cuando estás en un problema o en una situación seria. Utiliza la oración para agradecer algo en ese momento.
Usa la oración para avanzar tu vida. Para volverte una mejor persona, para alinearte más. Para crecer más. Dices, ¿porque quiero crecer más? Entonces agradece que ya eres todo.
La oración puede ir cambiando. Y eso es algo que brevemente voy a mencionar. Porque hay una diferencia entre la oración y la adoración. En la oración somos dos y me acerco al Padre que está dentro de mi y me relaciono desde mi parte humana, buscando el cielo, buscando lo más alto, buscando su Creador.
Y en la adoración no hay dos personas. En la adoración elevas tanto tu inspiración espiritual, inspiración, in-spirito, que te vuelves uno, y desde esa unidad comulgas.
Hay diferentes oraciones que nos pueden ir llevando gradualmente a la adoración que es lo más alto, la expresión más alta hacía el divino. La oración puede ser, como lo hacía el gran salmista el Rey David, pueden ser cantos, poemas, danzas. No es que Dios esté buscando estas cosas, pero son cosas que nos inspiran entregar, agradecer, una vez estando en este estado de gran gratitud, y de gran respeto, y de gran reverencia y devoción, entonces empezamos a rascar el velo de la adoración, que es otra energía y otra frecuencia. seguramente lo has experimentado, por unas fracciones de segundos o más no lo sé.
Lo hemos hecho, a veces en nuestros momentos más sinceros de oración, hemos podido alcanzar esa adoración o de alguna forma espontánea, cuando vemos algo muy hermoso, cuando contemplamos la verdad o la belleza, en un atardecer, un amanecer. Generalmente la encontramos en la naturaleza. O en alguna obra de arte también inspirada por el divino, entonces por un segundo nos volvemos uno con esa fuerza y la estamos adorando.
La oración nos va llevar a la adoración y a todas estas cualidades hermosas y experiencias sagradas del alma.
Lleva más la oración a tu vida, acércate a Dios orando. Orando por todo lo que te suceda, bueno o malo. Abre este canal de comunicación, voltea a ver a Dios como un Padre, como un ser cercano, como tu familia.
Y por último Jesús nos enseño una oración muy poderosa, que es El Padre Nuestro, es una oración mágica. Y digo mágica porque esta viva en muchos niveles, tienes mucha enseñanza que se va revelando a los corazones sinceros. Utilízala.
Dios es muy grande, eterno e infinito. Y como lo comenté antes, Dios ve la actitud. Sé sincero en tu oración, humilde. Voltéate a ver como algo pequeño frente a un poder enorme y reconoce que aún no eres perfecto, pero confiesa tu aspiración por la perfección. Son experiencias que solo tu vas a poder determinar su valor y lo que han hecho para ti en tu vida. Hoy simplemente es para recordarte esta herramienta y práctica que tenemos disponible en todo momento.
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